Este viernes el actor Pablo Lyle fue sentenciado a cinco años de cárcel y ocho más de libertad condicional por el delito de homicidio involuntario en agravio de un cubano de 63 años, al que propinó un puñetazo tras una discusión derivada de un incidente de tráfico.
La jueza Marisa Tinkler Méndez reconoció que el intérprete aceptó su responsabilidad y que “ese día actuó fuera de su personalidad”. Manifestó que los hechos impactarán la vida de Lyle y nadie quedará satisfecho.
El señor Hernández no merecía morir. Lyle actuó de una forma que no es justificable. El testimonio del médico forense reveló que el puñetazo fue muy potente que causó lesiones internas. Y esta serie de eventos y sucesos llevaron a la muerte para Ricardo Hernández. Las declaraciones del señor Lyle, yo las encuentro sinceras, pero la ley no excluye la respuesta que dio el señor Lyle“, manifestó.
La jueza de circuito del condado de Miami-Dade reconoció es el caso más difícil de su carrera y que, a la hora de imponer la pena, que implica también horas de servicio comunitario y de manejo de resolución de conflicto y rabia, tomó en cuenta factores mitigantes bajo la ley estatal.
Esto es un triste ejemplo de algo que fue muy lejos. Creo que si Lyle tuviera una segunda oportunidad no tomaría esas acciones por las que ahora debe asumir la responsabilidad”, dijo la jueza, quien afirmó que el señor Hernández “no mereció morir por lo que ocurrió ese día”, al mismo tiempo que el mexicano actuó “vencido por la rabia”.
“Aprendí una gran lección”: Pablo Lyle
“Es la disculpa más sincera que he ofrecido en mi vida, de todo corazón lo siento mucho”, dijo el actor, visiblemente emocionado, a los familiares de la víctima presentes en la sala momentos antes de que se diera a conocer la sentencia, en la que ha sido la primera vez que se ha manifestado desde que ocurrió el incidente.
“He aprendido una gran lección“, agregó el mexicano, quien por momentos se vio obligado a interrumpir su testimonio a causa de las lágrimas y precisó que no tenía nada en contra de la víctima, ni que jamás se hubiera imaginado el desenlace causado por un hecho que duró “cuestión de segundos”.
A su turno, la esposa de Lyle, Ana Araujo, dijo en la sala que el actor nunca fue una persona violenta sino más bien “alguien conciliador“, que siempre vela por el bien de los demás y el bienestar de su familia, y por ello el suceso “ha sido algo muy impactante”.
Siempre te lo he dicho, eres un corazón con patas” (pies), le dijo al actor la mujer y madre de sus dos hijos, quien reveló que, tras conocer del deceso de Hernández en el hospital, “Pablo estuvo vomitando, no podía dejar de llorar, no podía levantarse, no podía creer que el señor había fallecido“.
“Una reacción de unos cuantos segundos no te definen como persona“, añadió Araujo.
También brindaron su testimonio la hermana del actor, Silvia Lyle, y su cuñado, Nicolás Delfino, éste último el conductor del vehículo en el que viajaba Lyle, su esposa e hijos el día de los hechos, ocurrido en marzo de 2019.
La agresión se produjo en un semáforo en rojo y durante una riña por una discusión de tráfico durante la cual el actor de telenovelas como “Mi adorable maldición” salió del automóvil y golpeó a Hernández mientras éste volvía a su auto tras haber gritado a los ocupantes.
Las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad de una gasolinera cercana muestran a Lyle correr hacia el hombre, quien, al ver al mexicano acercarse, intenta protegerse sin éxito y, tras recibir un puñetazo, se desploma al instante. Cuatro días después, falleció en un hospital de Miami.
El abogado defensor, Philip Reizenstein, pidió durante el proceso una revisión independiente de los hechos en relación con lo que llamó un “homicidio excusable”, y manifestó a la jueza que las leyes de Florida contemplan que “las personas pelean y se tiran puñetazos“.
La jueza rechazó en diciembre pasado un pedido de la defensa para que se celebrase un nuevo juicio.
Los abogados de Lyle, quien es conocido por su actuación en telenovelas como “La sombra del pasado”, habían solicitado antes, también sin éxito, desestimar el caso bajo la ley de defensa propia del estado de Florida.
Cuando vi a mi padre en esa cama de hospital, no quería creer que era él, porque era una persona muy alegre, muy atento con todos. No hay palabras para describir quién era mi padre. Han sido cuatro años muy duros”, dijo en la sala el hijo de la víctima, Juan Ricardo Hernández, quien pidió en la sala la máxima pena.
Durante la audiencia, se proyectó un video de la madre de la víctima grabado en Cuba, donde reside, y pidió justicia para su hijo, lo mismo que hizo en la sala la prometida del difunto.
Información de López-Dóriga Digital.