Una metáfora beisbolera fue la respuesta que el presidente Andrés Manuel López Obrador brindó para celebrar el compromiso suscrito por su virtual sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo, de mantener la actual línea en materia de política energética. “¡Me va a cepillar, va a ser muy buena presidenta!”.
Se dijo feliz porque entregará la banda presidencial el próximo 1 de octubre “a una mujer que va a ser la mejor presidenta de los últimos tiempos en nuestro país”.
En sintonía con las políticas aplicadas por el actual gobierno para rescatar a la Comisión Nacional de Electricidad (CFE), la futura mandataria garantizó que su gobierno mantendrá el fortalecimiento de esta paraestatal.
Desde la nueva Central de Combustión Interna Mexicali Oriente de la paraestatal —construida como parte del complejo para mitigar la histórica demanda de energía eléctrica en Baja California y entidades vecinas—, la ganadora de las elecciones presidenciales remarcó que millones de mexicanos manifestaron su deseo por mantener el movimiento de transformación el pasado 2 de junio.
V“Por eso hablamos del segundo piso de la cuarta transformación, hablamos de continuidad en la visión, y nos va a tocar seguir fortaleciendo a la CFE, avanzar todavía más en el sistema eléctrico nacional”, comprometió.
Ante el mandatario federal, trabajadores de CFE y directivos de esta empresa del Estado, encabezados por su director general Manuel Bartlett, la futura presidenta tomó el uso de la palabra —en un tema en el que es experta: energía — para subrayar sobre todo la labor de los empleados a quienes calificó como “héroes de la patria” por sumarse a la política para mantener a la Comisión como un eje fundamental del Estado mexicano.
Contrario a esto, recordó que en el periodo neoliberal la intentona fue por privatizar no sólo la CFE, sino también Pemex, acciones en las que imperó una alta corrupción. Pero diversos movimientos se opusieron a tal objetivo.
Si bien, dijo, en 2013 el régimen del pasado logró modificar la Constitución en su intención por privatizar el sector energético del país, para 2018 el pueblo dio su confianza al movimiento de transformación que dio un viraje de 180 grados y ha apostado por una política de rescate y fortalecimiento de las empresas nacionales de este sector.
Destacó la histórica transición que está encabezando junto a López Obrador, “mejor presidente de México en la época moderna (…) porque es transición en territorio nunca antes vista, formamos parte de un mismo proyecto. El presidente ha puesto los cimientos, el primer piso, y a nosotros, por mandato del pueblo de México, nos toca construir el segundo piso de la cuarta transformación”.
Sheinbaum agradeció la generosidad del tabasqueño para “personalmente explicarme lo logrado en casi seis años, que yo lo catalogo como una hazaña histórica del gobierno de la República y del pueblo de México”.
Por su parte, el presidente López Obrador remarcó la relevancia histórica que por primera ocasión en dos siglos México tendrá a su primera mujer presidenta.
Resaltó que al llegar a la Presidencia ordenó el rescate de la CFE pues en el pasado el plan era otro: la privatización.
“El de privatizar la CFE y Pemex y todo, hasta los reclusorios, el agua, los puertos, los aeropuertos, todo. Esa era la tónica. Hoy en la mañana (en su conferencia en Palacio Nacional) decía privatizar de acuerdo a lo que dice el diccionario es convertir lo público, lo que es de todos, privado. Son dos lógicas distintas, lo privado va, en el mejor de los caso, por la utilidad, por la ganancia, y en el peor de los casos por el lucro y el saqueo; y lo público es distinto, porque tiene que ver con lo social, con la justicia”.
El mandatario remarcó que hoy se viven tiempos nuevos y en ese marco agradeció a los trabajadores de la CFE, “porque sin ustedes no hubiésemos avanzado en el propósito de rescatar esta empresa pública, esta empresa de la nación”.
No ocultó su satisfacción por el inminente relevo de Sheinbaum: “Estamos bien y de buenas, ya hable que va a ser la primera presidenta de México, Claudia, pero no sólo eso, es que es una mujer preparada, tiene nivel de doctorado, precisamente en energías, y tiene sensibilidad, tiene convicciones, es honesta, de modo que es para celebrarlo. Me dicen, ‘¿por qué se va a jubilar? Me voy ya muy contento, ya cerré mi ciclo, ya puedo decir misión cumplida, dediqué mas de 40 años a trabajar, a luchar por el pueblo, y además imagínense a quién le voy a entregar la banda presidencial a una mujer que va a ser la mejor presidenta de los últimos tiempos en nuestro país”.
López Obrador no dejó pasar la oportunidad para “tirar aceite”, como hace referencia cuando presume algún logro.
“Me tomé una vitamina fuertísima, estoy mal de la carrocería, pero traigo motor nuevo. ¿Ya saben por qué verdad? Porque está contenta la gente, porque se demostró que el pueblo de México es de los pueblos más conscientes, más politizados del mundo, es un ejemplo a nivel mundial. Se demostró que el pueblo no es tonto, todo es el que piensa que el pueblo es todo, la gente sabe muy bien qué conviene y qué no, y la gente dijo: ‘Sí, que continúe la transformación y que viva México’”.
En unas horas, ambos acudirán a un acto privado en la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco, sonora, que será la más grande en su tipo en América Latina.