Alejandro Matty Ortega
Durante 40 años he utilizado el servicio del transporte público en Hermosillo con sus altibajos, ineficiencias, retos y oportunidades de mejora tanto en las unidades como en la atención al usuario de parte de los choferes.
En Hermosillo, un camión es un vehículo, es el puente modesto pero vital que cada mañana acerca a nuestros hijos a su escuela, a los padres a su trabajo, a los ancianos al mercado.
Sin embargo, ese puente se agrieta, se demora y muchas veces no llega a tiempo.
Hoy, Hermosillo enfrenta una eventual decisión que va más allá de los números:
Subir la tarifa de 9 a 15 pesos es un dilema moral y económico que compromete la dignidad urbana, las finanzas del sistema y la economía de las familias hermosillenses y sonorenses.
De acuerdo al estudio “¿Cómo Vamos con el Transporte Público? Análisis de la sostenibilidad financiera del transporte público urbano de Hermosillo”, en 2024, el transporte público recaudó apenas 218.3 millones de pesos, mientras que el Estado inyectó 723.4 millones en subsidio para mantener el sistema funcionando.
Aún así, el costo operativo ascendió a 969.5 millones, generando un déficit de casi 28 millones.
Entre 335 y 450 unidades operan en horas escolares, pero eso no alcanza, los usuarios relatan esperas de 40 minutos o hasta una hora, con estudiantes que ya no llegan a clase a tiempo, ni los padres a sus empleos.
La señalización es vaga, las paradas son tubos sin sombra ni segura ubicación, expedientes de inseguridad abundan.
Con una tarifa de 9 pesos, Hermosillo está en línea con Veracruz, por debajo del promedio nacional (9.8 pesos) y muy lejos de Monterrey (15-17 pesos) o Mexicali y Tijuana (15.50 pesos).
Pero mientras esas ciudades invierten en flota moderna y sistemas eficientes, aquí el servicio se queda atrás.
La cuenta no alcanza a explicar por qué paga menos, pero recibe mucho menos.
Subir el pasaje a 15 pesos aumentaría la recaudación en un 67 %, es decir, más de 365 millones anuales.
Es una jugada que podría salvar el sistema, financiar mantenimiento, renovar unidades, instalar GPS y reducir la dependencia del subsidio; sin embargo, si no garantiza mejoras sensibles, la gente sufrirá y el sistema perderá usuarios, especialmente de los hogares vulnerables que son la mayoría en Hermosillo y Sonora.
El impacto siempre recae con mayor fuerza en quienes menos tienen.
Sumado al alza en combustibles y servicios, un aumento así puede inclinar a muchas familias a abandonar el transporte público o a resignarse a pagar taxis colectivos por familia o incluso, a usar bicicletas o motocicletas.
Sin embargo, si el alza trae rutas más seguras, frecuentes y limpias, se puede convertir en un alivio, no en una carga.
El Estado debe implementar un portal público con desglose claro de ingresos y gastos para mayor confianza ciudadana.
Además, es posible auditorías externas por universidades o asociaciones civiles neutrales, autónomos e independientes.
También comités ciudadanos que vigilen la ejecución en tiempo real por unidad, frecuencia, limpieza, seguridad, subsidios condicionados a metas visibles, unidades renovadas, servicios accesibles y tecnología implementada.
Sólo así, el ciudadano dejará de ser víctima de la opacidad y tomará un boleto con la certeza de que su gasto se refleja en mejoras reales.
Es claro que Hermosillo ya no puede sostener un sistema de transporte obsoleto que hoy se sostiene en agujeros financieros y promesas vacías.
Un aumento a 15 pesos puede aliviar cuentas, pero si no viene acompañado de dignidad como mejor espera, limpieza, rutas coherentes y transparencia, será un golpe doloroso más al desgastado bolsillo de los usuarios.
Este es un momento crucial.
O se da el paso con respeto a quienes viajamos y a quienes pagamos diariamente o se permite que la ruina siga su curso y eso, en Hermosillo, no lo tolera su gente.
El tema será puesto sobre la mesa los próximos días, en la víspera del inicio del próximo ciclo escolar 2025-2026.
Al tiempo.
El autor con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación, es periodista en Derechos Humanos, Migración y Medioambiente.
Es defensor de Derechos Humanos
Director de AM Diario, colaborador en medios de Sonora como Dossier Político, Pajarito News, de Arizona como Irreverente Noticias y Ciudad de México como Esfera Noticias.