Alejandro Matty Ortega/Irreverente Noticias y Pajarito News
Hermosillo, Sonora (IN/PN).- Juez Alejandra Celaya Alegría liberó a la pareja de pastores que robaron al bebé de Mayra Aguayo en diciembre del 2021 en la clínica San Benito en Hermosillo, Sonora.
Indignada, la madre biológica del niño Mateo narra a IRREVERENTE NOTICIAS que el 13 de mayo de 2024 fue la detención llevada a cabo por la juez Julissa López Arellanos.
Los cargos sólo fueron por falsedad de declaración ante una autoridad pública y falsificacion de documentos.
Mayra Aguayo lamenta que no les quisieron imponer el cargo por la privación de la libertad de un menor de edad que fue el día 28 de diciembre del 2021.
Expone que “el día vienes 21 de junio del 2024, el abogado de la contraparte pidió cambio de juez objetivamente y cautelosamente con mucho dolo y sin que se nos notifique la audiencia, ni a mis abogadas ni a mí”.
Señala que “muy astutamente, esta nueva juez de nombre los dejó en libertad”.
Asevera que “realmente estoy muy molesta y voy a seguir luchando por la justicia correcta y viajaré a México a informarle a López Obrador lo que está sucediendo con mi caso”.
Critica que “ya que no le están dando la seriedad y delicadez necesaria”.
Mayra expone que el pasado 22 de mayo, las autoridades de justicia de Sonora, en coordinación con el estado de Hidalgo, localizaron y detuvieron a la pareja en la ciudad de Pachuca por el delito de sustracción de menores.
Ambos fueron trasladados al Centro de Reinserción Social Uno de Hermosillo, varonil y femenil, donde tuvieron su primera audiencia de juicio oral y fueron vinculados a proceso por una juez anterior.
Sin embargo, hace 15 días, se asignó otra jueza, quien les otorgó la libertad al cambiar las medidas cautelares.
“La juez, en ese entonces, no les concedía las peticiones que ellos metían, la juez anterior, que se apellida Calles, no les concedía ninguna petición porque habían dado domicilios falsos cuando estaban en Hermosillo, huyeron y porque manipulan a medio mundo”, expresa.
La madre del pequeño Mateo narra el calvario y lo que considera una red de complicidades entre integrantes de una congregación religiosa, personal médico, dueños de una clínica privada y funcionarios del Registro Civil.
Además pide atención a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora.
A más de 3 años de interponer la denuncia de hechos ante la autoridad ministerial, Mayra ha sido víctima también de amenazas telefónicas por parte de desconocidos que le exigen retirar la denuncia penal contra los involucrados.
Además sufre la indiferencia de la familia y el rechazo de quienes deberían protegerla como mujer y madre de dos menores de 12 y 3 años.
Por si fuera poco, enfrenta a diario el reto de alimentar al sus dos hijos y sobrevivir en la precariedad ante la falta de justicia y la reparación del daño a la que tiene derecho como víctima del delito en Sonora.
La trágica historia de la joven madre ha sido un secreto a voces ante la negativa de los medios de comunicación de publicar su historia por poderosos intereses económico, religiosos y políticos de personas señaladas por la víctima del delito.
Con el expediente de la causa penal y documentos en mano y con llanto contenido, Mayra Aguayo describe el origen de este calvario que la mantiene en zozobra y temor de represalias por denunciar públicamente su historia.
Apunta que su familia pertenece a una congregación denominada Familia Amistad del Sur que a raíz de la denuncia pública cambió su denominación a Ancla de Hermosillo.
Transcurría la mitad del año 2021 cuando con meses de embarazo, su madre le pidió que al nacer el bebé lo otorgará en adopción al pastor y a su esposa, el argumento fue el de mejor posición económica y mayor seguridad y futuro de su hijo.
Mayra refiere que desde su embarazo, la insistencia de su madre en dar en adopción a su bebé tenía su fundamento en la influencia que el pastor ejercía en la señora por ser devota a la iglesia cristiana.
Expone que la pareja se acercó a ella en tres ocasiones para expresar su intención y deseo de que el bebé formara parte de la familia religiosa.
Ante la imposibilidad de tener un hijo propio, aunado al cuadro depresivo por el que en ese entonces Mayra atravesaba, la solicitud subió de nivel hasta ofrecerle cubrir los gastos médicos por cesárea.
La pareja de religiosos cristianos ya había elegido la Clínica San Benito, nosocomio que señala Mayra con insistencia es propiedad de López Caballero.
La situación económica obligó a la joven madre a aceptar la propuesta pese a que logró reunir el costo de la cesárea que previamente había programado en la clínica Santiago de Alcalá, donde recibió las primeras atenciones médicas por su embarazo.
Llegó el 28 de diciembre del 2021 y la cesárea se llevó a cabo en la Clínica San Benito, como lo demuestra el Aviso de Nacimiento del pequeño Mateo.
Desde ese momento, el viacrucis de Mayra se volvió más que una pesada cruz sobre sus hombros tras el parto y nacimiento de su hijo ante el eventual cambio de identidad del menor.
Este acto y el hecho de que al solicitar al personal médico que le entregaran a su bebé y recibir como respuesta que había nacido con problemas de salud, alteró los ánimos de la joven madre quien exigió ver a su hijo de inmediato.
El dolor y la impotencia de Mayra se agudizaron al conocer que en este eventual robo de infante, su madre había participado y actuado como autora intelectual del posible delito que a la postre se convertiría en aparente sustracción de menor en las posteriores investigaciones ministeriales.
Mayra, motivada por la incertidumbre, el dolor, la desesperación y la angustia, exigía a su madre y al personal médico que le entregaran a su hijo, lo cual no sucedió.
La madre del pequeño Mateo expone a este medio que tomó la decisión de abandonar el hospital para ir en busca de su bebé que ya estaba en manos de Mariana y el pastor Hazael.
De estos hechos, Mayra exhibe gráficas obtenidas de varios vídeos que su madre había registrado para presuntamente legitimar que el bebé pasara a formar parte de la familia de religiosos cristianos.
Además, expone el Aviso de Nacimiento, Acta de Nacimiento, recibo del pago de la cesárea,ventre otras pruebas que obran en el expediente de la causa penal.
Por fuera de la clínica, la madre de Mayra solicita la presencia de policías municipales para que la detengan y la trasladen a la Cruz del Norte, al presentar un cuadro de histeria y depresión que previamente había registrado.
Mayra destaca que logró escapar a la intención de su madre y por días deambuló sin comer ni beber agua, recién operada, sin cuidados médicos por la herida de cesárea por calles y durmió en una casa abandonada en la colonia El Sahuaro.
Lo peor de este calvario de la joven madre sonorense estaba por venir.
Para el día 4 de enero, luego de una semana de vivir en la indigencia, Mayra sufrió una agresión más a su ya vulnerable vida.
Sin importar la condición de madre que recién había dado a luz y la situación de salud física y mental, revela que unos vagos, viciosos y drogadictos del sector abusaron de ella sin piedad.
Vecinos del lugar reportaron al 911 la situación de indigencia y salud de Mayra.
Mayra explica que los policías la trasladaron a la Comandancia Norte para posteriormente a solicitud de su madre ser llevada e internada en la Cruz del Norte.
Durante tres meses, Mayra Aguayo estuvo internada en la Cruz del Norte recibiendo tratamientos y cuidados ante la crisis emocional que produce perder a un hijo y el rechazo familiar.
Absoluta soledad y cruel abandono de todo el mundo, completamente sola en un cuarto de ese centro de salud mental.
Desde ese solitario lugar organizaba sus ideas, sentimientos y acciones a seguir para recuperar a su bebé que le fue arrebatado sin piedad y de manera inhumana e ilegal.
La Cruz del Norte lejos de representar un lugar de aislamiento y reclusión, resultó ser el templo donde su corazón y su razón encontraron la sanación a sus dolores, angustias y desesperación.
Luego de tres meses, Mayra cumplió el tiempo de atención y cuidados en la Cruz del Norte.
Una vez reintegrada en su hogar, describe que pidió a su madre le informará sobre el paradero de su bebé, sin recibir respuesta alguna.
Determinada y con apoyo de tías, se trasladó al Centro de Justicia para la Mujer a presentar su denuncia por el robo o sustracción de menores.
La querella fue contra la pareja religiosa, su madre, hermanos, cuñado y personal del hospital.
A su parecer, existía una red de complicidades que además involucra a una secretaria del Registro Civil y abogados por falsificación de documentos como el Acta de Nacimiento y el mismo Aviso de Nacimiento por parte del nosocomio particular.
En la sede del Centro de Justicia para la Mujer, Mayra narra a la autoridad ministerial los hechos y señala a las personas que considera forman parte de la presunta red de complicidades.
Apunta como autora intelectual a su madre, a la pareja, hermanos y personal médico como materiales del delito de sustracción.
Luego de meses de no conocer a su bebé y por disposición del DIF y la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora, el pequeño Mateo fue depositado en manos de una tía de Mayra.
Por asuntos de investigación, de estudios y atención psicológica para la joven madre y su hijo de 10 años, a Mayra le fue suspendida temporalmente la custodia del bebé.
Después de casi un año en su peregrinar, Mayra logró recuperar la custodia de sus hijos al demostrar mejoras en su condición de vida.
Lo anterior, gracias a la renta de una vivienda y al apoyo de familiares y amigos.
Hoy, la joven madre se encuentra en busca de trabajo para conseguir recursos y pagar una guardería para el cuidado de Mateo.
Para Mayra Aguayo, la sustraccion de su bebé forma parte de una eventual red de complicidades de todos los involucrados.
Con el expediente de la Carpeta de Investigación en mano, expone que su hipótesis, presentimiento e intuición se fortalecieron cuando el agente del Ministerio Público le advirtió que no involucrara al personal, ni dueños de la clínica, ni a los representantes y líderes de la congregación cristiana.
El argumento, basado en que no podía enfrentar a los involucrados y señalados por la joven madre por su enorme poder económico, politico e influencia en Sonora.
En todo momento, la madre de Mateo insiste en que todos planearon despojarla de su bebé ante la situación de depresión por la que meses antes atravesaba por su situación económica.
Sin justicia
A más de 3 años de presentar la denuncia ante la autoridad ministerial, Mayra Aguayo no ha obtenido justicia.
Pese a que se tiene como posibles responsables de sustracción a la mamá y la pareja de religiosos, estos no fueron detenidos por justificar que no cuentan con recursos para la reparación del daño.
En tanto, Mayra lamenta que la autoridad ministerial haya desestimado su denuncia y decidir de manera arbitraria no presentar cargos contra el personal médico ni contra el presidente o líder religioso de Ancla Hermosillo.
Critica que esta condición la hace suponer que tácitamente existe un tráfico de influencias en este lamentable y doloroso viacrucis de la joven madre de Sonora.
Mayra precisa que envió una carta al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador la cual fue remitida al no ser autoridad competente para atender su caso.
La joven madre pide también protección a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora ante las constantes llamadas intimidatorias y amenazas para que se olvide de la demanda.
Al gobernador Alfonso Durazo Montaño, pide le brinde apoyo integral a sus hijos para salir adelante.
Mayra, como toda mujer y madre, exige y merece paz, tranquilidad, justicia, un hogar, una familia, un empleo digno, la admiración, respeto, cariño y la protección de toda la sociedad en Sonora.