El centro de Milwaukee, puerto industrial y cervecero, se convirtió en una fortaleza de Donald Trump y los miles de militantes que llegaron a la Convención Republicana para coronar a su candidato, pero están rodeados de fantasmas socialistas y sus nuevas expresiones contemporáneas en un estado que será clave en determinar el futuro político de Estados Unidos.
Entre 1910 y 1960, Milwaukee eligió tres alcaldes socialistas y también a varios socialistas en otros puestos municipales. Uno ocupó el puesto entre 1916 y 1940. Otro desde 1948 a 1960. En 1910, Milwaukee eligió a Víctor Berger, inmigrante austriaco y cofundador con Eugene Debs del Partido Socialista de Estados Unidos, como el primer legislador federal socialista en Washington -fue reelecto cuatro veces más. Entre sus iniciativas, Berger promovió resoluciones para retirar a tropas estadunidenses de la frontera con México.
Esta ciudad sufrió la desindustrialización salvaje que se aceleró en los setenta en toda esta región, perdiendo población y con un incremento de la pobreza (un 27 por ciento de su población era pobre en 2020, y ahora también es una de las urbes más racialmente segredadas. Con el surgimiento del senador socialista democrático Bernie Sanders y su movimiento, se reporta qué hay un resurgimiento de algunas corrientes progresistas del pasado en esta época.
Hoy se realizó una marcha de protesta de cientos de activistas en repudio a lo que representa Trump y su movimiento de “Make America Great Again” o MAGA por una coalición de agrupaciones y a favor de derechos de inmigrantes, mujeres y la paz.
Omar Flores, uno de los coordinadores de la coalición de organizaciones progresistasque realizaron la marcha declaró ante unas mil personas a unas cuadras de la arena donde se realiza la convención republicana, que esto es para expresar que “no son bienvenidos en nuestra ciudad, ni en ningún lugar y donde se presenten vamos a estar para mostrar la oposición a sus ideas”.
Es el único evento de protesta formal programado esta semana, aunque no faltan expresiones de oposición en espectaculares o pintas contra MAGA y y por Black Lives Matter en autos y algunas bardas.
Un enorme mural en el centro, declara sobre imágenes de afroestadunidenses: “Los derechos al voto son derechos humanos”, expresión explícita contra décadas de prácticas de supresión del voto de minorías en este país.
Esta siempre ha sido una ciudad de migrantes durante más de 160 años, primero alemanes y otros europeos que trajeron su gastronomía con la cual la cerveza y las salchichas son lo más famoso de este lugar -hasta su equipo de beisbol se llama los Cerveceros (y habría que confesar que se agradece esa bebida para que algunos reporteros puedan aguantar este espectáculo ominoso esta semana).
También llegaron polacos, franceses, irlandeses escandinavos e italianos, y ya después, latinoamericanos y caribeños, incluyendo una creciente comunidad mexicana quienes han tenido que tolerar las políticas y retórica antimigrante del quien ahora tiene ocupada a su ciudad.